Artículo: la transferencia de tecnología, primera parte
En anteriores entradas hablábamos de algunos aspectos que tienen que ver con dudas muy inmediatas de las empresas e investigadores a los que atendemos en la Fundación Canaria Parque Científico Tecnológico de la ULPGC, como la financiación de proyectos de I+D+i o la comunicación necesaria entre empresas e investigadores para iniciar algún trabajo conjunto, pero no hemos hablado directamente de qué es la transferencia de tecnología. Hablaremos ahora de la propia transferencia de tecnología, qué es, por qué es importante, cómo se hace.
En el presente artículo hablaremos de qué es y por qué aparece. La información aquí volcada pretende ser más accesible que “oficial”, por lo que, si hubiera dudas, contacten con nuestros técnicos en transferencia de tecnología de la Fundación Canaria Parque Científico Tecnológico de la ULPGC, que desarrollan un trabajo en asesoramiento sobre transferencia de tecnología, gracias su trabajo en el marco del proyecto Red CIDE.
Empezamos por una definición más o menos académica. La transferencia es un modo en que puede utilizarse el conocimiento generado en la actividad investigadora. La transferencia se da cuando el uso del conocimiento tiene un fin primordialmente económico y se incorpora a una cadena de valor en la que hay otros muchos eslabones que van desde la identificación de los temas de investigación hasta la compra por el usuario final del producto que incorpora el conocimiento generado.
En el párrafo anterior hay varios puntos en los que merece la pena detenerse, pero los veremos en diferentes artículos. En primer lugar, veamos cuál es el proceso por el que se obtiene conocimiento en la actividad investigadora. Desde sus inicios, la humanidad ha buscado conocer el funcionamiento del mundo físico, y para ello ha utilizado diferentes métodos. A medida que dichos métodos han ido evolucionando, ha aparecido el concepto de “método científico”. Dicho método científico no es más que una serie ordenada de pasos empleados en la producción de este conocimiento, con la restricción de que los conocimientos obtenidos sean “confiables”. En posteriores artículos hablaremos con algo más de detalle sobre cómo se desarrolla el método, pero baste con ver este artículo de Wikipedia.
Una parte del propio método implica compartir los hallazgos científicos con el resto de la comunidad científica, para lo cual existen las publicaciones en revistas especializadas. Las revistas más fiables son aquellas que, antes de publicar cualquier artículo, lo someten a la llamada “revisión por pares”. Es decir, otros investigadores, no vinculados a los autores del artículo, revisan que la metodología sea correcta, que los resultados sean plausibles, etc. De esta manera, tenemos otro filtro más para asegurar la fiabilidad de lo publicado.
¿Y cómo sigue el proceso, una vez publicado un hallazgo? Normalmente, un hallazgo científico suele llevar a otras investigaciones nuevas, donde se profundiza en aspectos que no se explicaron en el anterior proyecto, o cuestiones nuevas que surgen.
¿Y si un resultado de investigación pudiera resolver un problema técnico? ¿Cómo llega ese hallazgo a “la calle”? Volvamos atrás. Obtenemos un nuevo conocimiento. Se escribe una publicación (o varias). Se difunde el escrito. Otras personas en la comunidad investigadora lo leen y pueden basarse en ese escrito para continuar con el proceso de obtención de conocimiento. Pero en ningún momento hemos hablado de que ese conocimiento se tenga que usar necesariamente para construir algo que pueda usar alguien. Más fácil de ver. En este enlace pueden ver ejemplos de artículos que siguen este proceso, en este caso sobre geodesia, por poner una temática.
Estos artículos no están pensados para que alguien construya, por poner otro ejemplo, una máquina que mida el radio de la Tierra. Tampoco se habla de que esa hipotética máquina pueda usarse por alguien diferente de los propios inventores en unas condiciones muy determinadas, como en el propio laboratorio. Que exista una versión de la máquina disponible para el público. Para eso, hay que abrir un proceso nuevo. Ese proceso nuevo es la transferencia de tecnología.
En próximos artículos veremos otros detalles sobre el proceso.
Para ver las anteriores entradas relacionadas:
Artículo: La comunicación, sobre las colaboraciones entre empresas y universidad.
Artículo: Financiación para proyectos de I+D+i, primera parte. Principios básicos.
Artículo: Financiación para proyectos de I+D+i, segunda parte: subvenciones, ¿cómo son?
Artículo: Financiación para proyectos de I+D+i, tercera parte: los programas europeos.
Enlaces de interés:
Contacto de los técnicos de la Fundación Canaria Parque Científico Tecnológico de la ULPGC.
Web de la Red CIDE.
Este artículo es posible al basarse en el trabajo de los técnicos de transferencia de tecnología universitaria en la Fundación Canaria Parque Científico Tecnológico de la ULPGC, con la ULPGC, y en el marco del proyecto de asesores en esta materia, Red CIDE. La Red Cide es una iniciativa del Gobierno de Canarias cofinanciada por la Agencia Canaria de Investigación, Innovación, y Sociedad de la Información y por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional en un 85%. Canarias Avanza con Europa.
Créditos de las imágenes: Pixabay y Hablando de Ciencia.