La ULPGC monitoriza las aguas del sur de Gran Canaria con un robot submarino autónomo en la zona donde hace dos años se hundió el Oleg
Investigadores adscritos al Servicio Integral de Tecnología Marina (SITMA) de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria han podido desplegar uno de sus planeadores submarinos (“BIO”), también conocidos como gliders, en aguas al Este de la isla. Este trabajo se ha podido realizar en colaboración con el Buque Oceanográfico Ángeles Alvariño del Instituto Español de Oceanografía (IEO), aprovechando una campaña de formación práctica de los alumnos del Grado en Ciencias del Mar y del Máster en Oceanografía y Cambio Global de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
A lo largo de cinco días (5 al 10 de abril) y de manera ininterrumpida, la misión oceanográfica con el glider fue dirigida con éxito por el SITMA-ULPGC, contando con la colaboración de la Universidad americana de Rutgers (New Jersey). Durante este período, el vehículo autónomo submarino (AUV por sus siglas en inglés) navegó a una velocidad media de 1 km/h realizando inmersiones hasta los 400 metros de profundidad. BIO navegó hasta el punto del hundimiento del Oleg, a unas 16 millas náuticas al Sureste de Maspalomas (29 km), donde realizó varias inmersiones con la sensórica científica a bordo trabajando de forma simultánea. De regreso al Sur grancanario, el vehículo muestreó una línea de estaciones junto al barco oceanográfico a lo largo del borde Sur de la plataforma y del talud insular (sobre la isóbata de 500 m de profundidad). BIO fue finalmente recuperado por el Ángeles de Alvariño el lunes 10 de abril a las 8:50 am al Sur de Maspalomas, completando un total de 115 km de misión.
La campaña ha permitido a los investigadores optimizar en tiempo real todos los sistemas de navegación y la sensórica científica embarcada en el glider. El análisis posterior de los datos ofrecerá información trascendente sobre la dinámica oceanográfica de la vertiente SSE del talud insular y, eventualmente, podría servir también para evaluar el estado general de las aguas en la zona del hundimiento del Oleg, transcurridos dos años (abril 2015) desde el accidente.